No es suficiente pasear constantemente entre cenizas que tengo que apagar las brasas que algún sueño inconsciente hace que vuelvan a quemar?
No entiendo la inocencia de la memoria que no para de atacar al corazón con aquello que creyó vivir, que creyó sentir cuando al final, como siempre, nada fue lo que pareció.
En esta habitación de hotel hoy las paredes se ha llenado con tus sonrisas, con tus caricias y con tu indescifrable mirada. Pienso apagar la luz, apartar mis pensamientos de ti y mañana al despertar esas mismas paredes estarán blancas, esperando otras sonrisas, otras caricias... otra historia.